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jueves, 8 de marzo de 2012

Día internacional de la mujer

DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER TRABAJADORA

Desde tiempos memoriales se ve reflejada la exclusión social dentro de la sociedad patriarcal, pasando de un sistema económico a otro donde la explotación del hombre por el hombre se ha visto latente, se puede tomar como ejemplo a los griegos siendo que consideraban al ciudadano griego, solo a el hombre libre, sin incluir a las mujeres o los esclavos, en esta línea histórica también podemos notar como comienza a surgir un proceso de opresión, tal es el caso de las nupcias matrimoniales a corta edad y la legitimación del concepto “pater” (Dueño), matriz de muchas palabras que utilizamos de forma cotidiana como padre o patria, otro ejemplo curioso es la implementación de la palabra femenina, la cual en la edad media se utilizaba para designar a las mujeres refiriéndose a ellas como seres de poca fe (fe mínima). Esto es solo una muestra de cómo desde el discurso se va realizando la segregación de las mujeres y más aun a las mujeres proletarias.

La situación de opresión se presentaba a lo largo del mundo en muchas culturas occidentales, pero no de forma homogénea, debido a que la exclusión, opresión y en muchos casos explotación se va agudizando dependiendo de las condiciones materiales que presente la mujer, por ejemplo si se encuentra del lado de los poseedores de los medios de producción y opresores gozara de privilegios materiales y un grado mínimo de explotación, el trabajo será responsabilidad de otros seres como las nodrizas y aunque se presentes situaciones de opresión (un ejercicio mínimo o nulo de los derechos sociales y políticos como el acceder a la educación, la participación política, el derecho al voto entre otros) recibirán una formación para poder instruir a sus hijos y administrar los negocios en la usencia del marido, teniendo así mayor movilidad, una ilustración de ello es catalina la grande ejemplo de mujeres aristócratas o burguesas que mantienen a un sistema económico, reproducen sus efectos, gozan de los beneficios de su clase sin inclinar la balanza al beneficio de la población en general.

Esta situación es incomparable a la de una mujer proletaria, campesina, sierva o esclava en la que por un lado se presenta la opresión por el simple hecho de ser mujer, por otro la opresión por pertenecer a una clase dominada con el cumulo de factores de explotación sobre la fuerza de trabajo representadas en jornadas encaminadas a una tarea dentro del modelo económico al que se pertenezca. En el sistema capitalista las contradicciones se van agudizando, las mujeres proletarias comienzan a presentarse como un sector doblemente marginado que no solo trabaja en la industria en horarios extenuantes por un salario de miseria, sino que también que llegar a realizar otra jornada: la del hogar. Las mujeres al no verse en una situación de privilegios se enfrentan a un contexto que legitima la división sexual del trabajo dentro de la esfera del hogar, enfocando tareas en la reproducción de la fuerza de trabajo que permita insertar a la familia en el mercado laboral (trabajo domestico).

En pleno siglo XXI esta situación se manifiesta y agudiza por medio de las circunstancias que presentan las mujeres proletarias alrededor del mundo, por un lado la situación de ser ama de casa sumándolo a las condiciones laborales en las que se desenvuelven, propician aspectos que debilitan la calidad de vida de la población femenina, debido a que por su condición de mujer generalmente se les relega a los trabajos más explotados y mas mal pagados en relación con sus pares y ejercen mas tiempo laboral con la sumatoria: dentro y fuera del hogar. Si bien muchos gobiernos capitalistas han levantado la voz en pro de las mujeres, utilizando este discurso para la simpatía en las elecciones promoviendo políticas y medidas paliativas que realmente no emancipan y liberan a la mujer, o que promueven la disminución en un gado mínimo de la opresión únicamente de las clases burguesas ejemplo de ello el movimiento sufragista, que en el momento de exigir derechos para todas las mujeres centraron el derecho al voto únicamente para el grupo al que pertenecía, replicando la opresión y explotación para el proletariado, pero sobre todo parta las proletarias olvidando las acciones conjuntas que se habían desempeñado.

El Día Internacional de la Mujer, originalmente llamado Día Internacional de la Mujer Trabajadora es la conjunción de la lucha contra la opresión de las mujeres y la explotación latente que ejerce el sistema capitalista sobre todo el proletariado, debido a que desde sus orígenes plantea un cuestionamiento de las condiciones de vida, las circunstancias voraces y devastadoras que el sistema capitalista genera hacia los sujetos y como se ejecutan las situaciones de vida y explotación por la distribución de roles.

El día Internacional de la Mujer Trabajadora es una marca a lo largo de la historia que al perder la concepción de trabajadora hace de lado el cuestionamiento de las contradicciones que el sistema capitalista ejerce las cuales se concentran y agudizan en la condición de ser mujer; no se puede hablar de emancipación de la mujer sin la transformación de la sociedad, debido a que “el grado de emancipación de la mujer es el barómetro general con que se mide la emancipación general” (Charles Fourier) por lo que es necesario analizar y actuar para encaminar el reflejo de la construcción de un mundo diferente que rompa con cualquier esquema de opresión y explotación en la sociedad

“Cuando planteamos la liberación de la mujer, hablamos de la emancipación de la humanidad, las ataduras de no pueden romperse automáticamente, sino a partir de una revolución cultural y política en las filas de quienes promovemos la transformación de la sociedad. No basta con la abolición de la propiedad privada y con que la mujer se incorpore a la producción; es necesaria una revolución de la vida cotidiana y de las costumbres, forjar una nueva concepción del mundo y una nueva relación entre los sexos, sin estos cambios, no podrá hablarse realmente de revolución socialista· “ (Alejandra Kollontay)



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